La expansión china no es solo con fines económicos y turísticos

Controlar la bahía natural más importante entre San Francisco en California y el Callao en el Perú tiene un objetivo claramente militar, ganar una base.

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Salvador Sánchez Cerén. Foto/ Capres

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2018-08-20 8:59:27

Después de tener abandonado el Puerto de La Unión, una obra financiada por el gobierno japonés para ser el centro del desarrollo del oriente de la República (lo que los dos sucesivos gobiernos efemelenistas han bloqueado), se informa que ahora sí quieren concesionarlo y qué casualidad que es cuando los chinos continentales muestran interés y Estados Unidos advierte que puede ser peligroso.

La embajadora de los Estados Unidos en San Salvador, Jean Manes, ha declarado sentirse “preocupada” por información que tienen de que China Continental está interesada en penetrar en la región y específicamente en El Salvador, utilizando como estrategia la inversión en el Puerto de La Unión. “Es alarmante la estrategia de expansión que China tiene en el área, no solo económicamente, sino también militarmente”, aseveró Manes.

Los temores parten quizá de que eventualmente habría tal lluvia de billetes como para que el hombre del maletín negro vaya entre los políticos repartiendo, en primer lugar por los que todos saben que se vienen vendiendo cada vez que se discuten más endeudamientos al país.

Es de suponer que nadie es tan ingenuo como para pensar que el interés chino es para desarrollar balnearios, centros de hotelería, casinos que se utilizarían como lavanderías…

Controlar la bahía natural más importante entre San Francisco en California y el Callao en el Perú tiene un objetivo claramente militar, ganar una base que obviamente encaja con el expansionismo chino en el Pacífico.

Desde esa base los chinos pueden interferir con el tráfico marítimo a lo largo de las costas centroamericanas, un tráfico que es una arteria vital para Estados Unidos, que mueve mucho de su producción a través del Canal de Panamá a costos más bajos que usando los ferrocarriles y rutas camioneras dentro de Estados Unidos.

América estaría vulnerable
al imperialismo de China

Es ya suficientemente grave que Cuba está prácticamente en medio de las rutas marítimas que cruzan el Caribe, lo que mantiene a la Isla cercada por la marina de guerra de Estados Unidos protegiendo a México y los países hispanoamericanos cuyas aguas lindan con el Caribe.

Pero desde esa base toda la costa pacífica de Hispanoamérica queda sujeta a las incursiones chinas, que no tendrían que mover buques de guerra desde China, al otro lado del océano Pacífico, a decenas de miles de kilómetros de distancia, pues allí tendrían su portaaviones y sus flotas de abastecimiento para los buques que patrullarían nuestros mares.

Si la flota estadounidense patrulla el estrecho entre Taiwán y China Continental para disuadir a los comunistas de una agresión, el balance de poder en el Pacífico se complicaría con los chinos controlando el Golfo de Fonseca, una amenaza no solo para Honduras y El Salvador, sino para todo el Istmo.

Los chinos ya están en Nicaragua y tienen una presencia comercial en Panamá que se estableció sin consultar a Colombia ni a Ecuador.

Ahora el Gobierno salvadoreño anuncia que establecerá relaciones con China Continental.

Cada pieza que se mueve en el tablero estratégico mundial tiene consecuencias a corto o mediano plazo, como lo demuestra el horror que se vive en Medio Oriente y que enfrenta a los poderes de la vasta región. El último escenario son las revueltas en Yemen y el creciente intento de Erdogan en Turquía de recomponer el Imperio Turco a costa de la independencia de las naciones allí establecidas, principalmente Líbano, Jordania y el norte de Siria.