Películas y mensajes

Siempre debemos intentar ver a las personas más allá de su apariencia, posición o conducta; podemos aprender mucho de los que no piensan igual que nosotros, y los que nos critican no son necesariamente nuestros enemigos

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Foto: Internet

Por José María Sifontes

2020-01-24 6:13:56

Una de las cosas que me emocionan del primer mes de año es que es época de cine. En enero se entregan varios de los premios más importantes de este arte y se conocen las nominaciones del más famoso y esperado, el Oscar. Intento ver las que más suenan y comparar mis preferencias con las de los jurados. Estoy lejos de ser un buen crítico de cine y no es raro que películas que considero seguras ganadoras no reciban los premios o que los ganen las que menos me gustan. Con tantas películas que salen cada año el conocer las nominadas me permite seleccionar en cuáles vale la pena invertir tiempo. Aunque es mejor que escoger al azar no es un recurso infalible pues en cuestión de premios de cine aplica aquello de que no están todas las que son ni son todas las que están.
Me resulta entretenido hacer un esfuerzo mental y tratar de analizar los aspectos técnicos y artísticos de las producciones, intentar ver a través de los ojos de los expertos, pues con ello aprendo. Pero en realidad lo que más busco en una película es el mensaje que deja. Igual me pasa con los libros. Los mensajes que pueden dejar las obras cinematográficas o literarias me parecen muy valiosos, tanto en lo personal como en lo profesional. Permiten conocer otras experiencias y perspectivas, lo que al final nos hace aprender y evolucionar. En mi campo de acción utilizo todos los recursos de que pueda echar mano y no es infrecuente que me vea recomendando a un paciente un libro…o una película.
De las nominadas en diferentes categorías he visto unas cuantas, tres en la plataforma de Netflix. Aunque Joker es la más aclamada por el público y El irlandés por la crítica experta, son dos las que tienen lo que mencioné anteriormente, grandes mensajes y enseñanzas: Historia de un matrimonio y Los dos papas. Hablaré de esta última. Los dos papas, dirigida por el brasileño Fernando Meirelles y protagonizada por Jonathan Pryce y Anthony Hopkins, trata sobre la relación entre Benedicto XVI y el actual papa Francisco, en el tiempo inmediato antes de la abdicación del primero. De visiones completamente opuestas podría pensarse que lo único que tienen en común es que son católicos. Benedicto XVI, llamado por algunos el sabueso de la doctrina, es reconocido por su visión ortodoxa, por ser un fiel guardián de las tradiciones ancestrales de la Iglesia. Erudito y rígido, que mira con suspicacia los cambios. Francisco es un trasformador por convicción y experiencia, ha tenido más roce con el mundo y lo ve incluso a través de sus errores y culpas. Las conversaciones que tienen (o las que pudieron haber tenido), en las que comparten sus puntos de vista, con momentos de emociones exaltadas y mutuos reproches, van paulatinamente acercándolos. Benedicto XVI y Francisco van transformándose en Joseph Ratzinger y José Mario Bergoglio, dos seres humanos que buscan causas comunes, ayudar a la comunidad de fieles y combatir los graves errores que se han cometido. Para mí, el principal mensaje que deja esta película (o el posible hecho histórico) es que siempre debemos intentar ver a las personas más allá de su apariencia, posición o conducta, que podemos aprender mucho de los que no piensan igual que nosotros y que los que nos critican no son necesariamente nuestros enemigos, que nos pueden ayudar a crecer. Véanla.

Médico siquiatra