El año 2019 está a pocas horas de finalizar y por primera vez en el presente siglo la inseguridad, pandillas y violencia homicida no han sido los principales problemas, ni temas de del último mes del año debido a la baja incidencia criminal que se refleja en las estadísticas oficiales de las instituciones, no que no haya violencia, ni que no hemos tenido delitos sino que otros temas han ocupado la agenda mediática y las conversaciones entre familia, amigos y compañeros.
Lastimosamente las conductas violentas y temerarias de algunos ciudadanos han sido las que han llamado la atención y solo revisar las estadísticas de los últimos siete días confirma que en El Salvador si no existieran las pandillas siempre tendríamos altos niveles de violencia debido al privilegio que le damos a resolver por violencia física o verbal cualquier diferencia. Es tanto que hay días en el presente año en que los asesinatos no involucran a miembros de pandillas o relacionados, sino más bien por actos de intolerancia, violencia y venganza.
Durante los últimos seis gobiernos nuestro país estuvo dirigido en el área de seguridad pública por supuestos grandes estrategas, ideólogos de la seguridad, que no permitían ayuda, pero que los años han confirmado que se equivocaron y que sólo agudizaron la crisis de la seguridad pública; no hubo planificación y se trabajó con ideas y planes atribuidos a personas, pero no que respondieran a una política criminológica integral. Incluso se llegó a negociar de manera electoral la posibilidad de llegar al poder del Ejecutivo, de gobiernos municipales, lo que implica ganar diputaciones; le enseñaron al crimen organizado y a las pandillas que tenían un poder e influencia política. Nos mintieron haciéndonos creer que traían y vendían la solución a las pandillas, cuando se les ofrecía no combatirlos y llevar una relación muy light llena de beneficios a cambio de poder. Para poner en contexto desde el gobierno del ex presidente Francisco Flores hasta el gobierno del ex presidente Sánchez Cerén se registraron más de 70,000 homicidios y más de 30,000 denuncias o reportes de personas desaparecidas.
¿Qué ha sucedido este año y en particular en los últimos siete meses para que ya no sea el principal problema en el imaginario colectivo de la mayoría de la población? En mi opinión, lo que ha cambiado es la voluntad política de trabajar por resolver los problemas de la población, y en el caso de la inseguridad de los menos favorecidos y con menos oportunidades de poder defenderse, el atender el clamor generalizado en la campaña presidencial que pedían que se resolviera la inseguridad, así como se le clamó a todos los presidentes del presente siglo y cada uno de ellos dejó una historia negativa y lamentable con registros negativos en la historia de El Salvador.
Cerramos un año con lecciones aprendidas y que plantean un escenario favorable para que en el próximo año continúe el esfuerzo de los tres órganos del Estado y el Ministerio Público, avanzando para consolidar los resultados. Hay esperanza en la población, el nuevo año debe traer la oportunidad para que se permita la participación ciudadana, para iniciar un proyecto nacional de cultura de paz y sana convivencia y establecer las bases de seguridad ciudadana con un modelo de prevención.
Policía Nacional Civil, Fuerza Armada de El Salvador, Fiscalía General de la República y personal de Centros Penales, muchas gracias por su trabajo, esfuerzos, logros y estar en la primera línea de defensa de la población durante el presente año.
¡Fe y esperanza en Dios, un bendecido y próspero 2020!
Experto en seguridad y criminología