José Cruz y Cristina Lima están viviendo días difíciles. A la pérdida de su hija y sus dos nietos a manos del psicópata de Chalchuapa, se ha sumado el temor de perder la pequeña casa donde viven, el único patrimonio que poseen ambos ancianos.
José y Cristina son los padres de Mirna Cruz Lima, de 57 años, y abuelos de Jacqueline Cristina y Alexis Palomo Lima, de 26 y 23 años, respectivamente, asesinados el pasado 7 de mayo en la casa 11 del Pasaje Estévez, municipio de Chalchuapa, supuestamente por el exagente de la Policía Nacional Civil, Hugo Ernesto Osorio Chávez, de 51 años, a quien la Fiscalía General le ha dado criterio de oportunidad (beneficios penales) en uno de los dos procesos judiciales originados a raíz de los hallazgos de cadáveres en varias fosas clandestinas en la casa donde fue capturado.
“Hay noches que no duermo pensando en mi hija y mis nietos, y también en que a saber si de un momento a otro nos pueden venir a quitar esta casita que con tanto sacrificio logramos hacer y que es lo único que tenemos”, comentó José ayer a El Diario de Hoy.
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José explica que su casa fue hipotecada por su hija Mirna con el Banco de Fomento Agropecuario para obtener un préstamo para pagar el viaje que Alexis haría de forma ilegal hacia Estados Unidos en busca de un futuro mejor.
Según el septuagenario, Hugo convenció a Mirna y a Alexis para que el joven hiciera el viaje guiado por Carlos, el hermano del psicópata, quien se dedicaba al tráfico ilegal de personas.
Alexis estudiaba cuarto año de Medicina en la Universidad de El Salvador, afirma José, pero la oferta de un viaje barato y la idea de ir a trabajar duro para ganar lo suficiente para comprar una casa para su madre y su hermana lo sedujo.
Como no tenían dinero, Mirna le pidió a su padre que le sirviera de garantía ante un banco con las escrituras de propiedad de la casa.
Él accedió. Y en los primeros días de mayo, Mirna le entregó a Hugo, $7,000 como pago para que se llevara a Alexis.
“Por esos $7,000 mató a mi hija, a mis nietos y a su mismo hermano (Carlos, el traficante de personas) de él a quien le cercenó ambas manos” afirma José, quien agrega que aquel viernes 7 de mayo, Carlos llegó a traer a Alexis con la promesa de que ese mismo día saldrían hacia Estados Unidos.
Las esperanzas de José
Según José, en los primeros días después de ocurrida la masacre, investigadores policiales le aseguraron que habían encontrado cuentas bancarias a nombre de Osorio Chávez en las que tenía dinero.
Lo anterior ha generado esperanzas en José de que las autoridades puedan devolverle los $7,000 que Mirna le entregó; sin embargo, según abogados consultados, eso es prácticamente imposible si no hay ningún documento firmado por Hugo en el que conste la entrega de ese dinero.
Ayer José comentó que recibió una llamada del banco en el que le pedían un documento sobre el préstamo pero dice que no sabe dónde dejó o guardó Mirna esos papeles.
El anciano dice que tampoco sabe de cuánto fue el préstamo que su hija obtuvo, pues solo recuerda que fue a firmar unos papeles al banco pero no leyó nada.
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En su angustia, le pide al gobierno que le ayude bien recuperando el dinero que su hija entregó a Osorio o viendo de qué forma el banco resuelve la situación a su favor para que lo le vayan a quitar su casa.
No le entregan a su nieto
Ha transcurrido más de un mes de que José sepultó a Mirna y a Jacqueline Cristina, asesinadas por Hugo Osorio. El mismo día que hallaron los cuerpos de las féminas, policías investigadores le aseguraron a José que los dos cuerpos que estaban al fondo de una fosa eran los de su nieto Alexis y el de Carlos, el hermano de Hugo Osorio.
Sin embargo, el anciano no comprende por qué no le han entregado los restos de su nieto.
“Yo he llegado a pensar de que allí hay gato encerrado y que deberían castigar a ese criminal para que diga dónde está el cuerpo de mi nieto si es que no era uno de los que estaban en la fosa, como me dijo un policía”, dice José, añadiendo que ya no va a Medicina Legal a preguntar porque la última vez le dijeron que dejara de estar llegando, que de la Fiscalía lo llamarían.