En San Pedro Masahuat está el único club de esgrima de Latinoamérica que entrena entre potreros

Entre medio de las montañas que circundan al pueblo de San Pedro Masahuat, en La Paz, un grupo de niños y jóvenes se reúne en las tardes para entrenar en un claro del bosque. Blandean espadas y se lanzan al combate.

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Foto EDH/ René Estrada

Por Gadiel Castillo

2019-01-14 7:25:21

Es de tarde y cada uno de los muchachos se prepara para el entrenamiento de rutina, todos se ven muy disciplinados. Aún están en periodo de vacaciones y aprovechan para entrenar un deporte que no es muy común por estos lados.

Son esgrimistas, algunos con más experiencia que otros, pero todos con la característica que aman el deporte de la espada, florete y sable.

Fotos:

Club San Pedro: los atletas que aprenden esgrima en la campiña

Entre las montañas que circundan a San Pedro Masahuat, La Paz, un grupo de niños y jóvenes se reúnen en las tardes para aprender las técnicas de la esgrima. Ellos son integrantes del Club de Esgrima San Pedro y han ganado más de 300 medallas en distintos competiciones.

 

¿Qúe es la esgrima?

La Esgrima es el arte de defensa y ataque con una espada, florete o un arma similar. El nombre de este deporte deviene del verbo esgrimir, cuyo significado es “reparar” o “proteger”. Tiene orígenes españoles.

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El barrio San José del municipio de San Pedro Masahuat es el nido de los espadachines. Desde el 2009 funciona ahí un club de esgrima, que es liderado por Ernesto Valladares un experimentado deportista que decidió transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones.

Valladares, ha dedicado 38 años a la esgrima salvadoreña. Una de las filosofías que traslada a sus alumnos es que sean disciplinados, pues eso les servirá en cualquier circunstancia de la vida.

Los conceptos de victoria, perseverancia, valentía, honor, conocimiento, entre otras son palabras de obligatoria repetición en el inicio de cada jornada, luego viene el calentamiento y una corrida entre  veredas, no muy lejos de la academia donde se reúnen.

De acuerdo con Valladares repetir esas palabras sirve a los alumnos a tomar conciencia a través del deporte a ser buenos ciudadanos.

Debido a que el grupo de jóvenes entrena al aire libre entre montañas les da un plus muy competitivo a nivel internacional, pues su preparación es en lugares alejados de las grandes ciudades como entrenan los guerreros que hacen historia. El club ha cobrado renombre y es considerado la única escuela en Latinoamérica que practica en la campiña.

A la fecha han tenido buenos resultados representando al país en competencias internacionales. Cuentan con más de 300 medallas a nivel nacional y centroamericano.

El barranco El Ojushte es el lugar donde los pequeños esgrimistas hacen la actividad de fuerza y potencia, un total de 97 gradas fabricadas con varas de bambú, sirven para realizar un circuito que dura aproximadamente 25 minutos. En días de convivio el lugar se convierte en el espacio para compartir cumpleaños y otro tipo de celebraciones para los niños y jóvenes.

El Club San Pedro es más que todo un proyecto educativo. “Acá utilizo la esgrima como una herramienta para enseñarles a los jóvenes y niños, que todo en la vida se gana. Además de motivarlos para que busquen su desarrollo personal y sean hombres de bien para el beneficio de la sociedad y el país”, manifiesta Ernesto.
Ramírez Valladares fue atleta durante 21 años, presidió la Federación Salvadoreña de Esgrima y ahora usa sus conocimientos para la formación de destacados esgrimistas, pero sobre todo, para “la transformación de buenas personas”.

Foto EDH/ René Estrada

300

Medallas han ganado los atletas del Club San Pedro en distintas competiciones a nivel nacional e internacional

Para ser miembro de la academia hay que cumplir requisitos básicos como las ganas de destacar en el deporte, pero también comprometerse con ser buen estudiante en su nivel y para los que están en la universidad el propósito es el culminar sus carreras de educación superior.

De esos están bien conscientes todos los esgrimistas, desde el menor del grupo quien tiene 8 años hasta Ricardo Peña que está pronto a egresar de la carrera de Medicina odontológica. Estudiantes de administración de empresas, aeronáutica, ingeniería civil, contaduría pública están entre otras carreras que cursan los atletas.

“Se nos enseña que tenemos que no solo dedicarnos al deporte sino estudiar pues el deporte no nos dará de comer de por vida. Primero el estudio, segundo el estudio y llevar dos cosas a la par es difícil pero todo quiere sacrificio y mucho esfuerzo”, asegura la destacada atleta Krissya Marlieth Molina Cerón.

Molina Cerón desde hace nueve años integra las filas del club y entre sus logros más importantes está el ser la campeona centroamericana individual y por equipos.

“La verdad es que es un deporte que te disciplina y nos olvidamos de ser señoritas y cuando representamos a El Salvador somos atletas que queremos poner muy en alto el nombre del nuestro país”, afirma.

Actualmente estudia su segundo año de Psicología en una universidad privada y según ella el deporte le ha enseñado a ser una persona disciplinada porque debe hacer buen uso del tiempo repartido entre las actividades universitarias, del hogar y de atleta.

“Se nos enseña que tenemos que no solo dedicarnos al deporte sino estudiar pues el deporte no nos dará de comer de por vida. Primero el estudio, segundo el estudio y llevar dos cosas a la par es difícil pero todo quiere sacrificio y mucho esfuerzo”

Krissya Marlieth Molina Cerón, atleta

“Distribuyo bien el tiempo, porque no me puedo descuidar soy entrenadora pero soy atleta también. Levantarse temprano como cualquier salvadoreño voy a la universidad por la tarde con el cansancio hacer tareas las cosas de la casa y por la noche entrenar desde las 6:00 hasta las 10:00 de la noche. Cuando hay competencia las jornadas se alargan más, es muy ajetreado pero vale la pena”, comenta.

Meses atrás Molina culminó un taller que la convirtió en entrenadora de esgrima, por ahora tiene a su cargo un grupo de niños que viven en el casco urbano de San Pedro Masahuat.

Foto EDH/ René Estrada

Y es que a la Familia Molina Cerón el deporte los ha llenado de gloria pues otro de sus integrantes Alexis Molina de 12 años ha ganado medalla Panamericana, es doble campeón Centroamericano y actual campeón nacional.

“En la escuela me va muy bien, soy de los primeros lugares en mi sección y creo que es por los valores que el deporte me enseña. Me gusta mucho porque me entretiene y me alejo de otras actividades que no me benefician mucho”, asegura el atleta.

“Un niño sobresaliente se comportará diferente porque sabe que todo el mundo está pendiente de lo que hace para que no se haga orgullos, petulante para que no se le suban los sumos, eso se los recalco en cada encuentro”, agrega el entrenador.

Emmely Gabriela Escalante Ramírez estudia ingeniería Civil y lleva 10 años practicando el deporte, entre sus logros destacados están medallas centroamericanas de oro y de plata y un tercer lugar en la Copa Internacional de Esgrima ”Giorgio Scarso”.

Valladares manifiesta que el escuchar este tipo de testimonios es de lo que más le apasiona “es poder guiarles en la vida, porque la mayoría de los alumnos que he tenido, no se han criado con los padres, así que soy su entrenador, amigo e incluso hasta padre, porque muchos me consideran así”, comenta.

Agrega que aparte de las muchas medallas ganadas algo que le satisface es el hecho de transformar a los atletas en personas de bien. “Alejarlos de la delincuencia y la vagancia, para transformarlos en personas útiles, respetuosas, inteligentes”, dice.

La falta de implementos deportivos no los detienen

En el Club San Pedro hay muchas ganas y esfuerzo  por representar de la mejor manera al país a pesar de la falta de implementos deportivos  importantes en las prácticas. No hay una sala como en la que entrenan los grandes atletas y un terreno de unos 20 metros se ha  acondicionado para hacer las prácticas que muchas veces se ve opacado por el polvo que se levanta en el lugar.

En el proyecto el apoyo de los padres de familia  juega un papel importen,  pues en ocasiones costean alguno de los implementos y otros los han obtenido a través de préstamos de  la Federación de Esgrima, además del apoyo de atletas internacionales. La madre de uno de los atletas se encarga también de buscar los boletos aéreos económicos cuando los esgrimistas tienen que viajar fuera del país.

Foto EDH/ René Estrada“Con esfuerzo mandamos a hacer el material el traje. La federación nos ha prestado unas mascaras que ellos ya no utilizan, otros funcionarios nos apoyan. Entrenamos con máscaras viejas y feas pero no paramos”, manifiesta Valladares.

El entrenador contó que en noviembre del año pasado recibieron  una democión de esgrimistas de Bélgica, quienes conocieron del proyecto “andaban y hoy que vinieron (a El Salvador) me trajeron seis uniformes de la Federación Internacional de Esgrima (FIE)  con los cuales mis alumnos pueden competir hasta en una copa del mundo porque cumplen con los estándares  exigidos”.

El ex atleta manifiesta que entrenan con limitantes pero  no pierden la  fe que un día encontrarán  el apoyo de las autoridades y de personas  altruistas para que el proyecto siga adelante.

“Con esfuerzo mandamos a hacer el material el traje. La federación nos ha prestado unas mascaras que ellos ya no utilizan, otros funcionarios nos apoyan. Entrenamos con máscaras viejas y feas pero no paramos”

Ernesto Valladares, entrenador

“La forma en que entrenamos no tiene nada que ver, nos sentimos como otros esgrimistas de otros países, no hay ninguna diferencia a pesar de las carencias de materiales, tal vez de implementos que son caras pero no nos interesa, a nosotros no nos preocupa mucho eso nos interesa ponernos en la pista, competir y darlo todo por El Salvador”, asegura Krissya.

Valladares comentó quiere dejar un legado para San Pedro y para todo el país “cuando yo muera quisiera que el proyecto continúe y por eso estoy preparando a los que me van a sustituir, así como estoy pensando en construir una sala en un terreno de mi propiedad para que cuando yo ya no esté, la sala de esgrima diga ‘es del pueblo’”, cuenta.

“A través de este proyecto  deportivo con todas las limitantes deportivas hemos logrado cambiar la forma de pensar y actuar de muchos jóvenes.”.

Becas para estudios superiores

El entrenador  comenta que para  que los estudiantes sean  buenos  atletas, debe haber sincronizaciones entre alumnos-profesor y padre, porque si el padre apoya a su hijo, el hijo se desarrolla fácilmente. “Así que yo como entrenador, me tengo que ganar la confianza tanto del hijo como del padre, siendo amigo, e incluso soy consejero de familia”.

Foto EDH/ René Estrada

Asegura que existe buena relación y comunicación con los padres, a fin de lograr la mejor formación y educación.

“Uno le inculca al padre que esté cerca de su hijo que le exija que estudie que no vea mucha televisión, que no solo ande en la calle que cuando no entrene que descanse bien que estudie que lea, entonces los padres se entusiasman. Les meto esa sana competencia, tengo alumnos primero lugares y segundos en sus grados y eso motiva”, dice.

El Club San Pedro tiene un convenio con las autoridades de una universidad privada para que los jóvenes continúen sus estudios superiores a través de una media beca.

“Se le hace un documento al interesado se envía a la y le dan media beca. A través de esa casa de estudios  ya se han graduado abogados, licenciados en contaduría en administración de empresas, computación,  trabajo social entre otras. Basta con que un San Pedrano quiera estudiar aunque no sea esgrimista y le ayudamos”, manifiesta.

Si desea ayudar con el proyecto puede contactarse con Ernesto Valladares al 7272-8395