Alumnos de Jucuapa rinden homenaje a profesor de matemáticas que murió por covid-19

El docente de matemáticas era respetado y admirado en su comunidad educativa, en Jucuapa.

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Foto EDH / Iliana Avila

Por Iliana Ávila

2021-08-24 6:00:50

USULUTÁN. Los alumnos y docentes del Complejo Educativo Saúl Flores, en el municipio de Jucuapa, rindieron un homenaje póstumo al maestro de matemática William Sabino Alvarado Gutiérrez, quien falleció el pasado viernes en el Hospital de El Salvador como consecuencia del covid-19.

El 20 de julio, el profesor Alvarado fue incapacitado por 22 días debido a problemas para caminar a causa del ácido úrico. El docente ya tenía planes de viajar durante las vacaciones de agosto, para poder conocer a su nieta.
El subdirector le recomendó no viajar debido a su enfermedad, “me dijo que no me preocupara que no iba a salir de la casa de su hija”, comentó.

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El profesor Alvarado, conocido por sus amigos como “El Toro”, contrajo el virus en Estados Unidos, durante las vacaciones de agosto. El 9 de agosto se reportó con el subdirector del complejo educativo; “me dijo - te informó que ya vengo de regreso, pero voy positivo ”, narró el subdirector Jorge Alberto Vásquez.

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El martes 10 de agosto, el profesor Alvarado ya contaba con el kit de medicamentos otorgado por el Ministerio de Salud. Sin embargo, un día después fue trasladado al Hospital de Usulután y esa misma tarde al Hospital de El Salvador en la capital. Falleció 8 días más tarde. Alvarado recibió las dos dosis de vacunas anticovid.

El maestro Alvarado Gutiérrez es recordado con uno de los mejores maestros del Complejo Educativo Saúl Flores; sus compañeros lo recuerdan con un hombre colaborador, amante de la poesía, amigo, una persona que siempre les hacía reír, que se tomaba el tiempo para explicar a sus alumnos de forma personalizada aquellos ejercicios matemáticos que en el salón no lograron comprender, además de ser emprendedor al contar con su propia marca de café artesanal “Don Diego”, entre otros méritos.

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“Él les tenía pánico a los hospitales, por el miedo que todos tenemos de ir a ingresarse al hospital, si una enfermedad deprime imagínese estar en un hospital, la ansiedad lo afecto mucho”, comentó el subdirector.

Pero ese “miedo” que sintió en ese hospital nunca se presentó en los salones de clases donde impactó la vida de cientos de jóvenes, y aunque ya contaba con el tiempo para poder jubilarse continuaba inspirando a cada uno de sus alumnos, como es el caso de Maxi Gómez, de 20 año de edad, quien luego de ser su alumno pasó a ser uno de los practicantes con quien compartía el pizarrón.

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“Él ya tenía practicantes de otra universidad, pero él me dijo que estuviera con él. Hoy me ha dejado una gran responsabilidad con sus estudiantes … Tenía una gran pasión al explicar, yo estoy estudiando matemática porque me inspiró la forma en que él explicaba que era bastante personal, me decía mira cipote yo confió en voz vas a ser una gran persona”, manifestó Gómez.

Uno de los últimos poemas que declamo a sus alumnos y el poema con el que le recordaron en un homenaje que realizaron sus alumnos es El Árbol de Fuego, de Alfredo Espino.