Turistas y habitantes de Tonacatepeque tienen este 1 de noviembre, una cita con el terror y el espanto cuando celebren el tradicional Día de la Calabiuza.
Mañana en el municipio, el Justo Juez de la Noche, el Gritón de la noche , la Siguanaba, el Cipitío, el Padre sin cabeza, el cadejo, y otros personajes mitológicos saldrán a recorrer las calles de Tonacatepeque.
Los habitantes, según el mito, aseguran que durante la noche en algunos ríos se escuchaban gritos y veían los espantos que, a través del tiempo, se han vuelto tradicionales.
Existe otra leyenda que dice que salía una mujer llorando desde la iglesia El Calvario hasta la iglesia San Nicolás Obispo, y al salir se iba hacia el cementerio y permanecía ahí hasta el siguiente día.
“Antes este pueblo era bien místico, la gente creía mucho en esos sucesos, incluso los “bolitos (borrachos)” decían que los seguía el cadejo blanco porque lo cuida a uno cuando es bueno”, contó Roberto Hernández, alcalde del municipio.
En esa época la gente hacía ayote en miel, camote en miel, güisquil salcochado, entonces quedo esto grabado por el ayote que se servía, y es cuando los jóvenes le pusieron el día de la calabiuza, aseguró.
Actividades del evento
Durante la celebración habrá una feria gastronómica con platillos típicos como tepezcuintle, cusuco, garrobo, gallo en chicha y pupusas.
Además de servir el tradicional ayote en miel para todos los participantes, se regalan pequeñas carretas chillonas y camisetas, elaboradas por artesanos y diseñadores propios del pueblo.
Para este día, un grupo de personas se disfrazan para darle vida al terror y al espanto con los personajes mitológicos que les contaban sus abuelos, como el Padre sin Cabeza, la llorona, el Justo Juez de la noche, el cadejo, el gritón de medianoche, entre otros.
Niños, jóvenes y adultos elaboran y decoran carretas chillonas, los cuales concursan con sus disfraces y por obtener uno de los tres lugares que será premiados hasta con $400.
Según el edil, la alcaldía apoya con casi todo. “Los jóvenes solo ponen su presencia y el esfuerzo con que hacen su trabajo, también nosotros les damos una parte en efectivo para que empiecen a construir sus carretas y sus personajes en yeso o en papel macerado”, aseguró Hernández.
En el evento se esperan alrededor de 12 mil personas, entre visitantes del interior del país y extranjeros.
Un arduo trabajo
Los jóvenes participan en la creación y decoración de disfraces y carretas chillonas, las cuales realizan el característico recorrido por las principales calles del pueblo para que los turistas puedan apreciar y conocer más sobre la tradición.
El trabajo inicia con tres meses de anticipación, donde se buscan los morros para crear las calabiuzas, luego se materializan con papel y alambre, por último se buscan las carretas, madera, mecate, el vestuario y maquillaje para los personajes.
Los concursantes se subdividen con pequeñas actividades y salir a tiempo con los preparativos.
“Es una bonita experiencia y lo que más me gusta es que podemos convivir como grupo en una actividad sana, que para nosotros como jóvenes es beneficiosa para no andar malgastando nuestro tiempo en cosas que no debemos”, afirmó Gerson Jiménez, integrante del grupo La Cruz Calle.
José Pineda, con seis años como parte del grupo, dice que cuando inició no sabía mucho sobre la tradición; pero con el tiempo aprendieron con ayuda de los mayores.
“Esto es una cultura muy bonita que debemos de seguir porque con el tiempo se van perdiendo, tenemos que revivir las historias que nos contaban nuestros familiares”, agregó Pineda.
Los integrantes del grupo iniciaron a vivir la tradición desde pequeños, cuando veían a los demás construir carretas y disfrazarse, no quisieron quedarse con las ganas y crearon el grupo La Cruz Calle, con la dirección de Jorge Torres.
