Investigación Especial: El lago de Coatepeque se ahoga en 48,000 libras de basura al mes

En la ribera hay 16 botaderos a cielo abierto. Tres alcaldías son las responsables de dar el servicio de recolección de desechos.

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Residuos debajo de los muelles del sector La Bendición, El Congo, en el Lago de Coatepeque. Foto EDH / Archivo

Por Nancy Hernández / Omar Martínez

2019-08-21 6:10:40

Los residentes de las riberas de lago de Coatepeque producen, en promedio diario, 8,000 libras de basura al día. “A esto se le debe de sumar la basura que producen los 20,000 turistas que vienen cada mes y cuando cambia de color o hay vacaciones, son más de 40,000 turistas al mes, estamos hablando de 48,000 libras de basura”, afirma Rubén Sorto, biólogo de la Fundación Coatepeque.

El lago de Coatepeque es compartido por los municipios de El Congo, Izalco y Santa Ana.

Estos lugares, principalmente los que están ubicados en las zonas rurales de más difícil acceso, han padecido del problema de la basura desde que la zona empezó a sobrepoblarse, puesto que a las construcciones de hoteles, restaurantes, ranchos y quintas privadas, se suman las lotificaciones donde cualquier persona con capacidad adquisitiva puede comprar un terreno por unos 5,000 dólares. Las quintas privadas se encuentran a la venta en Internet hasta por más de 500,000 dólares.

Las alcaldías que tienen jurisdicción en el área no tienen ordenanzas que regulen los desechos, que terminan en el lago.

Darling Ramírez estudia en uno de los ocho centros escolares de la zona y es parte de los 8,000 habitantes que están en este nicho ecológico y que se sostienen del recurso hídrico, la pesca y otras formas de ganarse la vida. Una de sus principales preocupaciones es el agua.

“A esto se le debe de sumar la basura que producen los 20,000 turistas que vienen cada mes y cuando cambia de color o hay vacaciones, son más de 40,000 turistas al mes, estamos hablando de 48,000 libras de basura”.

Rubén Sorto, biólogo de la Fundación Coatepeque.

“Es muy importante porque la utilizamos para tomar, para bañarnos y para lavar, es importante cuidarla”, dice la niña de siete años y estudiante de primer grado del Centro Escolar Caserío Vuelta de Oro.

En la cuenca existen ocho escuelas que agrupan a más de 1,500 alumnos, solo una de ellas, el Complejo Educativo Fe y Alegría ofrece el bachillerato, el resto van desde kinder hasta sexto o noveno grado. Los niños más afortunados estudian en colegios en el casco urbano de El Congo o Santa Ana.

La niña, reconoce que una de las soluciones más sencillas es depositar la basura en su lugar, porque la lluvia arrastra todo tipo de desechos directamente al lago.

“Dañamos el medio ambiente cuando arrojamos basura al lago y eso lo podemos evitar tirando la basura al basurero. El agua del lago nos sirve para bañarnos, para lavar y para tomar”, asegura la alumna.

Ella es una de las principales voluntarias en las campañas de limpieza que llevan a cabo en el centro escolar; junto a sus compañeros sale a las calles aledañas para recolectar los desechos y en algunas ocasiones limpian las orillas del lago.

La recolección de la basura es un problema grave que sufre el centro escolar ya que la comunidad no tiene servicio del tren de aseo debido a que el acceso es complicado. La opción para la institución es pagar 20 dólares mensuales para que les den el servicio con un camión privado, que circula una vez por mes. Pero la escuela no cuenta con esos fondos.

Esta situación obliga a los alumnos, maestros y buena parte de habitantes de la comunidad a abrir agujeros y enterrar la basura; saben que no es lo correcto pero es su única alternativa.

“Dañamos el medio ambiente cuando arrojamos basura al lago y eso lo podemos evitar tirando la basura al basurero. El agua del lago nos sirve para bañarnos, para lavar y para tomar”

Darling Ramírez, estudiante de primer grado

Basura

Este problema que aqueja a las comunidades del lago de Coatepeque se evidencia en los 16 botaderos a cielo abierto que están a su alrededor. Los desechos sólidos son tirados por turistas, comercios y pobladores.

“En conjunto suman un área de 5,820.8 metros cuadrados que representan más de media hectárea de zona de vegetación afectada. La mayoría de la basura tiene como origen desechos de los visitantes de las quintas recreativas, residuos de restaurantes y desalojos de construcción, así como piezas y aparatos electrónicos”, se lee en el Diagnóstico de botaderos de residuos sólidos en calles de acceso al lago de Coatepeque, elaborado por la Fundación Coatepeque en mayo de este año.

Darling, de 7 años, es una de las principales participantes de las campañas de limpieza llevas a cabo en las orillas del lago.

En la zona de acceso al caserío Vuelta de Oro, jurisdicción de El Congo, identificaron ocho botaderos, mientras que en la zona de acceso a La Bendición identificaron seis. En todos hay envases de vidrio de bebidas alcohólicas, desechables plásticos, durapax, restos de caracoles y conchas.

En el sector que es jurisdicción de El Congo todos los días hay servicio de recolección de basura, sin embargo hay comunidades a las que no llega el camión recolector porque el acceso es difícil, entonces las personas optan por enterrar la basura, quemarla, dejarla en predios baldíos o dejarla a la orilla del lago.

En el sector de Santa Ana solo se tiene el servicio de recolección una vez a la semana; los promontorios de basura en la calle son frecuentes y las prácticas se repiten a la hora de deshacerse de los desechos sólidos. El casco urbano de este municipio está a 27 kilómetros del lago.

Santa Ana no tiene catastro en la zona del lago, debido a eso no puede cobrar por servicios municipales. Sorto asegura que es preocupante la situación del plástico, puesto que ya está afectando los ecosistemas acuáticos porque “hay alrededor de ocho millones de microfibras de plástico por kilómetros cuadrado”.

Desechos Sólidos

Diagnóstico de botaderos de residuos sólidos, Fundación Coatepeque

Los 16 botaderos a cielo abierto suman más de 5,820.8 metros cuadrados que representan más de media hectárea de zona de vegetación afectada.

Estas causan obstrucciones intestinales en las especies, afecta la reproducción y causa la muerte de los especímenes.
En repetidas ocasiones han encontrado micropartículas plásticas en las vísceras de pescado, es decir que los peces del lago están contaminados y así son consumidos por la población, asegura Sorto.

La Fundación para tratar de evitar esta problemática ha colocado biobardas (foto principal) en las orillas del lago o donde desembocan las aguas grises para evitar que el plástico llegue al lago, pero aun así aseguran que es un problema latente.

Roberto Monterrosa, jefe de catastro e inmuebles de la alcaldía de Santa Ana, asegura que una de las soluciones a la problemática de recolección de basura sería hacer un asocio trifinio ( es el punto donde confluyen y finalizan los términos de tres jurisdicciones o divisiones territoriales) o microregión entre las alcaldías, esto permitiría descentralizaría la recolección. Por ejemplo, El Congo por estar más cerca podría dar el servicio y el costo sería dividido entre las tres municipalidades. Esta iniciativa también serviría para otro tipo de servicios.

El problema, según el mismo funcionario, es “que todas las alcaldías caminan independientemente y principalmente cuando no son del mismo partido político”.

¿Y las ordenanzas?

La alcaldía de El Congo con un aproximado del 65% del territorio del lago de Coatepeque es la más obligada a ofrecer una solución al problema de la basura. En esta área habitan unas 7,000 personas distribuidas en nueve caseríos, a ellos se les suman inquilinos de las quintas recreativas, restaurantes y otro tipo de negocios.

Las calles principales de acceso, una de ellas arreglada recientemente, también están ubicadas en la parte de El Congo.

Un promedio de cuatro toneladas de desechos están siendo extraídos diariamente de esta parte del lago con un camión recolector de la alcaldía que circula en la zona de lunes a sábado.

Aunque en la alcaldía aseguran que están trabajando en ordenanzas para sancionar a negocios que tiren la basura en botaderos a cielo abierto hasta el momento no existe regulación municipal vigente.

El edil de El Congo, Eduardo Lara, asegura que la principal causa de estos problemas es la irresponsabilidad de los negociantes, turistas y gente de la comunidad, pero también responsabiliza a la institución pública que ha dirigido por año y medio.

“Este problema no es de un año o dos, ha sido arrastrado por muchos años por los alcaldes. Hablar de contaminación en el lago es sumamente delicado porque ha tenido un gran desarrollo y como municipalidad no podemos actuar de inmediato”, opina el edil.

La Fundación Coatepeque ha entregado y propuesto a las alcaldías ordenanzas municipales elaboradas para apoyarlos en el combate a la contaminación, pero los documentos han sido ignoradas.

Regulaciones sobre la contaminación ambiental por la emisión de ruidos en el lago, para el manejo de los desechos sólidos y para el turismo sostenible han sido plasmadas en papel y llevadas a las alcaldías por dicha organización con el objetivo de contribuir con el mejoramiento del sector.

“No hay ordenanzas municipales en las zonas de Santa Ana, El Congo e Izalco. Se ayudó a hacer ordenanzas para que las implementaran en el lago, y ni aun así hay ordenanzas”, afirmó Sorto.

En territorio santaneco la situación de las ordenanzas es más complicado y es un proceso que aún no está terminado porque muchos de los dueños de quintas situadas en la ribera del lago no cuentan con escrituras sino con titularizaciones de las propiedades.

Basura

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Toneladas de basura quedan en la ribera del lago anualmente

A partir del crecimiento acelerado del sector, muchas de las construcciones fueron frenadas y se dejaron de emitir escrituras impidiendo a los propietarios obtener este documento legal obligándolos a quedarse únicamente con las posesiones de los terrenos.

“La municipalidad no puede subsidiar los servicios como la recolección de basura por eso decimos que catastraremos la posesión, pero nos topamos con la situación que el sistema con el que cuenta la alcaldía no tiene los parámetros para poder catastrar en el sector porque genera conflictos legales. Otro problema es que las lotificaciones están en proceso de regularización incluso hay una que está detenida por el Ministerio de Medio Ambiente”, dice Monterrosa, de catastro de Santa Ana.

Además, explica que con los comercios continúa el problema porque el propietario no ha llegado a la municipalidad a inscribir el negocio.

“Esta situación se da porque nuestra municipalidad les cobra más que El Congo y por eso ellos quieren pertenecer a El Congo pero hay un litigio que no se ha logrado finalizar con los límites territoriales del sector que sería en común acuerdo entre municipios con la Unidad de Límites del Centro Nacional de Registros”, expone Monterrosa .

Todos estos problemas y trabas legales desembocan en un servicio deficiente de recolección de desechos sólidos, así como otros servicios que facilitarían un desarrollo sostenible de este sitio turístico.

Para Fernando López, ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn), es importante que las municipalidades y los restaurantes resuelvan esta problemática legal que tienen y garanticen a través de ordenanzas la protección del manto acuífero.

“Invitamos a las alcaldías a trabajar en conjunto y proteger este recurso natural, ponemos a su disposición técnicos y personas especializadas que pueden asesorarle en estos procedimientos. Es importante garantizar la protección del lago y evitar que el grado de contaminación siga creciendo a causa de los desechos sólidos”, expresa el ministro.

Ante esta situación, Alejandro Villacorta, director ejecutivo de la Fundación Coatepeque, asegura que están trabajando conjuntamente con la comuna de Santa Ana para solucionar el problema.

“Están elaborando el catastro, nosotros hemos estado apoyando para que ellos terminen el catastro y cobrar una tasa”, afirmó.

Mientras tanto, la limpieza de esta zona del lago sigue dependiendo de la buena voluntad de la alcaldía de Santa Ana y de los pobladores responsables como los alumnos y maestros del Centro Escolar Caserío Vuelta de Oro, entre ellos, la pequeña Darling.

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