Al final llegaron los mejores. Ambos candidatos cuando inició el torneo, y con fuertes altibajos en parte de su desarrollo, Alianza y Águila, equipos de un mismo dueño, definirán un torneo de extraña diagramación y marcado por la pandemia que atraviesa al mundo y, obviamesnte, al deporte.
De un lado, los albos. Favoritos al título por plantel y jerarquía. Tal como pasa en algunas ligas top del mundo con ciertos equipos (Bayern en Alemania, PSG en Francia, Real Madrid y Barcelona en España) los presupuestos definen que para algunos lo único que sirve es el título: es el caso de Alianza en El Salvador.
FOTOS: Atacan bus de Alianza FC previo a su llegada al Estadio Quiteño
Está obligado a ganar por la categoría de sus nombres a nivel nacional y el peso de su plantilla, más allá de las “extrañas” bajas extranjeras (Freitas y Blanco) en el tramo decisivo del campeonato. En este torneo, tuvo altibajos, cambió entrenador, y tras el final de la segunda fase ha encontrado su mejor versión, con un partido extraordinario: la semifinal de ida contra el FAS.
Del otro lado, los aguiluchos. Con una mejorada versión tras una muy mala primera fase. También su mejor versión se vio cuando llegó “Carucha” Corti a tomar las riendas del equipo, ajustando tuercas en defensa y basado en la triple M en la construcción del juego y la definición: Mayén, Maciel, Muñoz. De notable segunda fase, le costó más de lo imaginado una semifinal en la que nunca se sintió cómodo.
Por eso también, los aplausos de este torneo se los lleva Jocoro. Peleó con muy poco contra todos; sufrió sanciones injustas y sin embargo a punto estuvo de dar el batacazo final. No se le dio pero se lleva el reconocimiento de un equipo inquebrantable con la figura de Carlos Romero como guía.
El párrafo final es para lo mal que se ha organizado de parte de los dirigentes de los equipos, la etapa final y trascendental del torneo. El distanciamiento social y el 30% del aforo, que tan bien funcionó en las dos primeras fases, se fue al traste desde los cuartos de final. Ni 30% de la capacidad ni distancia mínima en cuartos y en semifinales.
Un verdadero desastre en cada una de las canchas. Al no haber comisario de bioseguridad, la responsabilidad es de los equipos locales. Y fallaron feo. Se viene el juego más importante: están a tiempo de corregir.