Video: Museo Marte albergará nueva muestra permanente, “Diálogos en el arte salvadoreño”

El próximo sábado 20 de enero, las puertas del recinto cultural estarán abiertas para los salvadoreños que deseen deleitarse en 103 piezas de arte contemporáneo.

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elsalvador.com

Por Sara Castro

2018-01-17 7:25:53

Nuevas piezas de arte generarán nuevos debates en el Museo de Arte de El Salvador (Marte) con la inauguración de la exposición permanente “Diálogos en el arte salvadoreño”, que estará abierta al público salvadoreño e internacional a partir del próximo sábado 20 de enero y que se extenderá a lo largo de cinco años.

La exhibición de arte contemporáneo abarca dos grandes muestras:“Donde hubo fuego… Arte contemporáneo de El Salvador 2003-2017” y “Entre realidad e imaginación. Arte del siglo XX”, curadas por el artista Simón Vega y el arquitecto Rafael Alas, respectivamente. Con ellas, cambia el discurso expositivo del museo y la lectura del desarrollo del arte, de acuerdo con Roberto Galicia, director ejecutivo del recinto cultural.

Y es que las piezas escogidas por Vega integran nuevos medios y nuevas tecnologías, así como el registro documental de performances, que “no deben leerse como una obra anterior, donde lo contemplativo era lo principal”. En la muestra “Donde hubo fuego… Arte contemporáneo de El Salvador 2003-2017” quedan fuera las pinturas, piezas recurrentes en las exhibiciones del museo, pero que con las propuestas se invita al espectador a observar y analizar con profundidad.

Vega y Alas seleccionaron cuatro grandes temáticas para cada una de las muestras a cargo. La guerra civil en El Salvador, sus efectos, la diáspora y migración, y los roles asignados por la sociedad en el caso de “Donde hubo fuego…”.

Es en el centro de la Gran Sala donde se encuentran las muestras de los colectivos (sobre paredes color naranja), “fuerza generadora del arte contemporáneo, del diálogo, del pensamiento y del conocimiento”, de acuerdo con Vega. Al rededor de ellas, convergen las obras de artistas como Walterio Iraheta, José David Herrera, Dalia Chévez, Alexia Miranda, Carlos Cárcamo, Irvin Morazán, Beatriz Cortez, Cracky Rodríguez, entre otros. Todas ellas sobre espacios grises que ejemplifican las cenizas, “lo que quedó de eso”, como aseveró Vega.

Pieza de Beatriz Cortez titulada “Armadura de Rufina”, que expone el conflicto armado a través del relato de una sobreviviente del Mozote. Fotos EDH/ René Estrada.

Alas, por su parte, enfocó las pinturas de “Entre realidad e imaginación. Arte del siglo XX” entorno a la tragedia del conflicto armado, nuevas realidades y mundos paralelos, el apego al entorno, realismo social e identidad y el paisaje nacional y sus protagonistas.

En esta selección se pasean nombres como Mayra Barraza, Álex Cuchilla, Nicole Schwartz, Sonia Melara, Mario Mark, Ricardo Carbonell, Noé Canjura, entre otros.

“Se va a encontrar mucho en esta sección, referencia a la identidad cultural, la influencia del aspecto prehispánico. Quiero recalcar que en esta sección el museo hace una gran apuesta porque, básicamente, parte con obras de su colección, son muy pocos los préstamos”, expresó el arquitecto y curador Alas.

En 800 metros cuadrados se despliegan 103 obras que los visitantes podrán observar, muchas de ellas ya han sido expuestas a nivel regional e internacional y esa trayectoria fue clave para la selección de ellas.

“Sin duda estamos hablando de un rompimiento y de innovar en muchos sentidos. Percibo en el Marte una renovación en su estructura. Temáticas delicadas que no se habían visto a través de las obras tomadas en cuenta. Estamos hablando de cosas hiperpertinentes y que justamente es la labor del arte plantearlas en un contexto analítico”, manifestó, el también artista, Vega.

Durante cinco años los salvadoreños podrán apreciar las creaciones, entre obras contemporáneas y pinturas, de 86 artistas nacionales, que “son testimonio de la creatividad y de un desarrollo cambiante y fructífero a lo largo del siglo XX hasta la actualidad”.

De Walterio Iraherta, “Mandalas”, pieza de la serie “Pies son mis alas”, en memoria de los desaparecidos durante la guerra civil de El Salvador.